Las nuevas normas establecidas por la Prefectura para el desplazamiento de embarcaciones en los ríos Negro y San Salvador ha preocupado hondamente a los propietarios de embarcaciones deportivas y pescadores, a los que se le exigen reglas utilizadas exclusivamente en altamar. Los usuarios del río se han visto sorprendidos por las exigencias, así como las pruebas que se exigen para navegar, las que contienen normas exclusivas del tránsito de buques de gran porte, totalmente ajenas a la realidad de nuestros ríos y arroyos. El edil Andrés Juri se hizo eco del malestar de los usuarios del río y presentó un proyecto de adecuación de la disposición marítima en una entrevista que mantuvo con el Prefecto del puerto de Mercedes Gustavo González.
Juri sostiene que tanto las normas para las zonas de navegación, como los implementos de seguridad exigidos, no se corresponden con el medio donde se desarrollan las actividades, trasladando así las inquietudes que le hicieron llegar vecinos de Soriano, especialmente de Mercedes, Villa Soriano y Palmar.
Tanto los innumerables pescadores artesanales, como las embarcaciones de tipo recreativo y de esparcimiento, están sometidas ahora a una exigente reglamentación. Puso como ejemplo la clasificación que según la Norma marítima, obliga a las embarcaciones deportivas o de recreo a no navegar más allá de 500 metros de la costa, lo que evidentemente está redactado para actividades marítimas, no entendiéndose el criterio en cuanto a la distancia a desplazarse desde el puerto de Mercedes, por lo que zarpando desde el puerto de Mercedes una embarcación no podría llegar ni siquiera al puente Líber Seregni.
Además es imposible la utilización de implementos exigidos como pantalla reflectora de radar de 30 centímetros de diámetro, normas exigibles a buques, así como compás magnético, bengalas ascencionales o extintores de polvo para motores que en la mayoría de los casos oscilan entre los 30 y los 2 HP.
Juri elevó un petitorio de 5 puntos para que se tramite ante el mando naval la posibilidad de crear una zona especial de navegación donde se habilite a las embarcaciones que se desplazan de manera exclusiva dentro de los cursos fluviales de los ríos Negro y San Salvador, así como adecuar implementos de seguridad, invitando al comando naval visitar la zona para comprobar la realidad de sus habitantes manifestando preocupación ante la proximidad de una nueva temporada estival donde se hace uso del río con fines absolutamente recreativos